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Más las oigo, mejor me parecen: comparativas proporcionales idiolectales

  • Carlota de Benito Moreno EMAIL logo
Published/Copyright: August 9, 2024
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Abstract

In this work, the symmetric comparative correlatives attested in the journalist Rubén Amón’s speech and writing are analysed. The interest of these constructions lies in the fact that they are virtually non-existent in European Spanish (and have very low frequency in American varieties, as I show). By exhaustively analysing the linguistic production of this journalist, I describe these idiolectal syntactic uses (which have not always been part of his grammar) and I propose a hypothesis about their origin, based on language contact with Italian and French. To understand how an individual feature persists despite not being shared by other members of the community, I examine the perceptions of European Spanish speakers of these constructions.

1 Introducción

Ya Saussure (1931 [1916], 24) advirtió de que una de las dificultades de describir el objeto de la lingüística es que «[l]e langage a un côté individuel et un côté social, et l’on ne peut concevoir l’un sans l’autre».[1] La cuestión de qué papel desempeñan estos dos aspectos, el social y el individual, en la conformación de la lengua particular es de relevancia teórica indiscutible. La comunicación solo puede tener lugar en el plano superior al individuo: en palabras de Coseriu (1988, 50, apud Kabatek 1996, 36): «Jede Sprache setzt ein ‹wir›, nicht ein ‹ich› voraus».[2] A pesar de ello, la variación lingüística puede restringirse al individuo: es lo que conocemos como lengua individual (concepto acuñado por Paul 1995 [1880]) o idiolecto. Coseriu distinguía dos vertientes del nivel individual: «La actividad cultural del hablar siempre se realiza por los hablantes individuales en situaciones particulares. También los hablantes ‹naif› reconocen y valoran en el hablar ambos tipos de lo individual» (1992, 102, el subrayado es mío). Estos dos niveles fueron retomados por Koch (1987, 35) al describir la estructura general del lenguaje en su tesis de habilitación inédita: dentro del nivel histórico distingue tres dominios: además del de lengua, ya identificado por Coseriu, uno que atañe a los textos (las tradiciones discursivas) y otro referido a los rasgos individuales de cada hablante (el acervo idiomático individual), como se muestra en la tabla 1. Sin embargo, en posteriores reelaboraciones de este esquema —sí publicadas— desapareció esa referencia a la historicidad del nivel individual.

Tabla 1

Los niveles del lenguaje (Koch 1987, 35, versión en español de López Serena/Kabatek en prensa)

ἐνέργεια

(actividad)
δύναμις

(saber)
ἔργον

(producto)
Nivel universal Lenguaje (Sprechtätigkeit) Hablar en general Saber elocutivo (reglas del lenguaje) Ø
Nivel

histórico
Lengua Práctica de una lengua histórica Saber idiomático (reglas idiomáticas) (gramática, diccionarios, etc.)
Tradición discursiva Práctica de una tradición discursiva Saber expresivo (reglas discursivas) (retórica, poética, estilística, etc.)
Acervo idiomático individual Práctica lingüística individual Acervo idiomático individual (idiomático, expresivo, idiolectal) (análisis estilístico de autores específicos, etc.)
Nivel actual Discurso Habla Ø «texto»

En consecuencia, la historicidad de la lengua individual recibe mucha menos atención en la actualidad que la historicidad de los textos. En el español, destacan, por un lado, los trabajos de Barra Jover y su escuela, cuyo «método idiolectal» parte del presupuesto de que las hablas individuales no son homogéneas y que, por tanto, su estudio conjunto puede llevar a generalizaciones erróneas o no suficientemente refinadas (cf. Barra Jover 2015). Por otro lado, Blas Arroyo se centra en el comportamiento de los individuos a lo largo de su vida respecto de variables lingüísticas en proceso de cambio, lo que le ha llevado a diferenciar entre hablantes conservadores (que van por detrás de las tendencias contemporáneas), conformistas (que siguen las tendencias propias de su tiempo) e innovadores (que prefieren las variantes novedosas) (cf. Blas Arroyo 2017; 2019; 2022; Blas Arroyo/Porcar Miralles/Velando Casanova/Vellón Lahoz 2019).

La práctica lingüística individual nos parece fundamental para comprender en qué consiste el saber lingüístico; siguiendo otra vez a Koch: «Was nun den oben genannten Sprachbesitz des Einzelsprechers betrifft, so ist er zwar individuell, aber als δύναμις selbstverständlich rein virtuell – genau wie der überindividuelle Sprachbesitz einer Gemeinschaft (= Einzelsprache als δύναμις), zu dem er in einer viel engeren Beziehung steht als zur Ebene des Diskurses. Individualsprache und Einzelsprache bilden, als δύναμις verstanden, in komplementärer Weise die subjektive vs. objektive Seite der historischen Ebene des sprachlichen Wissens» (Koch 1987, 31).[3] Con este trabajo pretendemos contribuir a esta cuestión centrándonos en el estudio de un rasgo sintáctico idiolectal de un hablante concreto, a saber, las construcciones comparativas correlativas del periodista español Rubén Amón. En las páginas que siguen intentamos responder a dos preguntas: 1) ¿cómo se conforma un rasgo lingüístico idiosincrático? y 2) ¿cómo se mantiene un rasgo idiosincrático dentro de una comunidad de habla que no lo practica?

En §2 se describen las comparativas correlativas en español general, así como en francés e italiano, lenguas con que Amón ha estado en contacto. En §3 se detallan los textos recabados, que nos permiten describir en detalle la construcción idiolectal en §4. En §5 se investiga la distribución en español de esa construcción y otras conexas, para evaluar cuán idiosincráticas son. En §6 tratamos de responder a la primera pregunta, estudiando las comparaciones correlativas en el habla del periodista desde una óptica diacrónica, con el objetivo de explicar el origen del uso idiolectal. En §7 buscamos responder a la segunda pregunta a partir de un estudio perceptivo sobre la construcción idiolectal en otros hablantes. Por último, en §8 se ofrecen unas someras conclusiones y se avanzan nuevas preguntas.

2 Las construcciones comparativas correlativas en español

Desde el punto de vista semántico, las comparativas correlativas o proporcionales «expresan una suerte de proporción que consiste en que a medida que aumenta o disminuye un grado o cantidad en una de las oraciones aumenta o disminuye un grado o cantidad en la otra» (Sánchez López 2009, 161). Desde el punto de vista sintáctico, presentan una notable complejidad, pues constan de al menos dos oraciones, una de las cuales es una subordinada (cf. Sánchez López 2009; NGLE 2009).[4] En general, en español la subordinada va introducida por un elemento subordinante, ya sea un relativo —cuanto (1a)—, una conjunción —mientras (1b), cuando (1c)— o una preposición —generalmente entre (1d) o contra (1e)—[5]. Dicho elemento subordinante precede a un comparativo de desigualdad (más, menos, mejor(es), peor(es), mayor(es), menor(es) o antes). En la oración principal encontramos otro comparativo de desigualdad: la correlación se establece entre los comparativos. Cuando la oración subordinada viene introducida por cuanto, el comparativo de la principal puede ir precedido opcionalmente por el demostrativo tanto (1f).

(1)

a. Cuanto más pensaba en Brett, más difícil me era armar todo el extraño espejismo que reflejaba. (Costa Rica, CORPES XXI)

b. Mientras más pensaba en las soluciones, menos racionales le parecían. (Colombia, NGLE 2009)

c. Cuando más interesante es, más me duermo. (España, CORPES XXI)

d. Entre más se lo decía, más se encaprichaba. (Guatemala, CORPES XXI)

e. Contra más te lo curres, más suerte vas a tener. (España, CORPES XXI)

f. Un golpe ahí es tanto más peligroso cuanto más alcohol tengas en las venas. (México, NGLE 2009)

El estatus variacional de estas formas no es idéntico. Mientras que las variantes con cuanto y mientras gozan de aceptación en la lengua estándar general, la variante con entre solo alcanza tal estatus en algunos países (México y Centroamérica, cf. NGLE 2009, §45.11, aunque una exploración preliminar del CORPES XXI sugiere que también Colombia) y la variante con contra es subestándar en todas las variedades del español. También lo son las variantes con los elementos conjuntivos compuestos cuantimás, contimás y contrimás, que se documentan en algunas hablas rurales, como muestra el COSER: véase (2).[6] El estatus de la variante con cuando, que se documenta por lo menos desde el siglo XIII (cf. Velando Casanova 2002), no está claro (la forma no se recoge en la NGLE 2009).

(2) –Contimás viejo fuera el jamón, más rico era. (Trefacio, Zamora, COSER 4622)

Cuando ambas oraciones carecen de verbo, la preposición a puede introducir la subordinada (NGLE 2009, §45.11m):

(3) A mayores ingresos, mayor gasto (NGLE 2009, §45.11m).

No todas las variantes se han estudiado con el mismo detalle. La variante cuanto... (tanto)... —la más antigua, heredada directamente del latín (cf. Velando Casanova 2002; García de Gracia 2009)— es la que más atención ha recibido, mientras que las otras posibilidades apenas se mencionan como variantes formales (cf. Martínez García 1987; NGLE 2009, §45.11; Sánchez López 2009). La diferente categoría gramatical de los elementos que introducen la subordinada, sin embargo, sugiere que la variación puede afectar al plano sintáctico.[7] A falta de un estudio más completo, resumimos las características de las construcciones comparativas correlativas del español en, al menos, su variante cuanto... (tanto)... que son relevantes para estudiar las empleadas por Rubén Amón.

Cualquier elemento es susceptible de aparecer bajo el alcance del elemento comparativo en estas construcciones: sustantivos, adjetivos, adverbios o verbos. Los elementos cuanto y tanto, así como los comparativos sintéticos (mejor, peor, mayor, menor), concuerdan cuando se refieren a un sustantivo. Por otro lado, los dos verbos suelen estar en formas imperfectivas, debido al contenido de gradualidad o serialidad que implican estas construcciones (cf. NGLE 2009, §45.11ñ).

El orden de palabras es de gran relevancia en la sintaxis de estas construcciones. En cuanto al orden de las dos oraciones, lo habitual es que sea la subordinada la que aparezca primero, aunque el otro orden —llamado «patrón invertido»— también es posible, siendo especialmente frecuente en la variante con tanto, como en (1f) (cf. NGLE 2009, §45.11ñ).

En la oración subordinada, el sintagma que contiene el comparativo (es decir, el grupo cuantificativo) sigue directamente al subordinante (como se ve en (1)), lo que no era necesariamente así en español antiguo. Esa posición del comparativo desencadena la inversión obligatoria del orden sujeto-verbo, como se ve en (4) (cf. Sánchez López 2009).

(4) Cuanto más {me escribe María/??María me escribe}, más nerviosa me pongo.

En la oración principal, la posición del grupo cuantificativo depende del orden entre las dos oraciones. Mientras que en el patrón normal el grupo cuantificativo de la oración principal se antepone al verbo (véase el contraste en (5a-b)), en el invertido es más habitual que no se mueva, como en (5c), aunque puede hacerlo, como en (5d) (cf. NGLE 2009, §§45.11h-j; Sánchez López 2009).

(5) (Sánchez López 2009, 187)

a. Cuanto mejor persona seas, (tantos) más amigos tendrás.

b. *Cuanto mejor persona seas, tendrás (tantos) más amigos.

c. Tendrás tantos más amigos cuanto mejor persona seas.

d. Tantos más amigos tendrás cuanto mejor persona seas.

Sabemos poco de la variación a la que están sometidas estas restricciones, aunque es probable que exista, como sugiere el ejemplo (6) —producido por un hablante bilingüe ecuatoriano (español-quechua)—, donde no se produce la anteposición del cuantificador en la principal en el patrón normal.

(6) Mientras más salimos a las ciudades grandes, tenemos más problema (Pfänder/Palacios 2013).

Por último, aunque en las comparativas correlativas aparecen obligatoriamente los comparativos de desigualdad, existe una construcción conexa, aunque no idéntica, en la que la ausencia de estos desencadena una interpretación de igualdad, ilustrada en (7).[8] Esta construcción, que la NGLE 2009 (§22.6i) llama correlativa a secas, solo admite la variante con cuanto y exige la presencia de tanto (que es opcional en las comparativas correlativas). Semánticamente, en esta construcción no hay aumento o disminución, sino simplemente identidad: «[e]l relativo cuanto expresa en estos casos que la magnitud denotada por su antecedente —ya sea esta número, cantidad o grado— es idéntica a la que corresponde al elemento sobre el que incide» (NGLE 2009, §22.6i).

(7) Y que [...] me pusieran tantas inyecciones cuantas ventanas había en la casa (NGLE 2009, §22.6i).

En resumen, las comparativas correlativas del español se caracterizan por ser estructuras hipotácticas, con una oración principal y una subordinada, que puede ser introducida por una variedad de elementos de categorías gramaticales diversas. Sin embargo, Martínez García (1987, 313–314) indica que el subordinante cuanto puede omitirse «en favor de la entonación exclamativa» y «[s]iempre que el verbo aparezca en indicativo», ofreciendo tres ejemplos de cosecha propia (cf. (8)), que se han repetido en otros trabajos.[9] Esta es una estructura paratáctica (y simétrica), en la que, según Martínez García (1987), se observa una correlación entre los dos comparativos. Esta estructura, sin embargo, no aparece mencionada en las gramáticas que tratan las comparaciones correlativas.[10]

(8) ¡Más paciencia tienes, peor te lo ponen! (Martínez García 1987, 313–314).

Por lo que se nos alcanza, solo Abeillé/Borsley/Espinal (2006) describen en detalle una estructura simétrica para el español, que describen como coordinada, pues la conjunción y puede conectar las dos oraciones de forma opcional (9). Estos autores indican que esta estructura aparece generalmente en la modalidad declarativa (frente a Martínez García 1987). Además, observan que requiere mayor simetría sintáctica (ambas oraciones deben aparecer en el mismo modo verbal). Notando que otros estudios no mencionan esta estructura, afirman basarse en sus propios informantes, pero, desgraciadamente, no especifican el origen de estos. Existe en la bibliografía, por lo tanto, bastante confusión y desconocimiento acerca de la aceptabilidad y distribución de estas comparativas proporcionales simétricas. Puesto que las comparativas proporcionales empleadas por Rubén Amón son también simétricas, en §5 profundizamos en su distribución y comportamiento de estas construcciones en el CORPES XXI.

(9) Más leo (y) más entiendo (Abeillé/Borsley/Espinal 2006).

Las comparativas proporcionales simétricas aparecen también en otras lenguas romances. En francés son, de hecho, la única posibilidad. Como se ve en (10), la estructura simétrica puede formarse tanto con los comparativos de desigualdad (10a) como con los de igualdad (10b), también con una lectura dinámica (es decir, de aumento o disminución) en este último caso. Además, el francés permite que las dos oraciones aparezcan coordinadas por et (como las simétricas del español descritas por Abeillé/Borsley/Espinal 2006), como se ve en (10b, d). A diferencia del español, la inversión del orden sujeto-verbo no es obligatoria en francés (y, aunque posible, parece que no es mayoritaria). Roig (2014) documenta algunos casos en los que dicha inversión se da solo en alguno de los miembros —aunque se refiere exclusivamente al sujeto pronominal—. En cuanto al sujeto nominal, parece que lo habitual es que preceda al verbo, aunque Abeillé/Borsley/Espinal (2006) mencionan la posibilidad de que se invierta este orden por motivos estilísticos. Roig (2014) indica, además, que estas oraciones presentan una entonación única que permite su interpretación como dos miembros de una construcción unitaria: mientras que la primera oración presenta una entonación ascendente, la segunda presenta una entonación descendiente.

(10) (Roig 2014)

a. Plus vite sera-t-elle venue, plus haut sera-t-elle perçue, plus forte sera-t-elle vécue... la chute. ‘Cuanto más rápido llegue, más alto será percibida, más fuerte se vivirá... la caída.’

b. Autant, en effet, il méprisait la presse à sensation et autant il avait de respect pour une liberté formelle de la presse. ‘Cuanto más despreciaba la prensa sensacionalista, en efecto, más respeto tenía por una libertad formal de prensa.’

En italiano coexisten tanto la variante asimétrica como la variante simétrica (cf. Belletti 2001; Díaz Padilla 2011; Brucale/Mocciaro 2017), siendo la primera propia del registro escrito y la última, la forma habitual la lengua hablada.[11]Brucale/Mocciaro (2017) les dan un tratamiento unitario, considerándolas variantes de la misma estructura (con un ejemplo como (11a)) y notando que el orden de las dos oraciones no es reversible. En la asimétrica, este orden implica que la oración con tanto... es la primera. Asimismo, estos autores indican que estas construcciones tienen una lectura dinámica, según la cual el movimiento en la escala de cuantificación denotada por una oración conlleva un movimiento en la denotada por la otra. Si bien no indican nada al respecto, de sus ejemplos observamos que el sujeto no ha de invertirse necesariamente (como en (11b)). Tampoco mencionan la posibilidad de que las dos oraciones aparezcan coordinadas en el caso de la simétrica, pero en (12) vemos que esta existe. El italiano no parece disponer de una variante con tanto... tanto... equivalente a la del francés con autant... autant...

(11) (Brucale/Mocciaro 2017)

a. (Tanto) più mangi, (quanto) più ingrassi. ‘Cuanto más comes, más engordas.’

b. Più caldo fa, più Luisa diventa nervosa. ‘Cuanto más calor hace, más nerviosa se pone Luisa.’

(12) Quanto è bella, quanto è cara! / Più la vedo e più mi piace. ‘¡Qué bella es, qué apreciada es! Cuanto más la veo, más me gusta.’ (F. Romani, L’elisir d’amore)

En el idiolecto del periodista madrileño Rubén Amón encontramos comparativas correlativas simétricas sin necesidad de una entonación exclamativa ni de la conjunción y —y con la misma entonación que describe Roig (2014) para el francés—. Las dos suboraciones están encabezadas obligatoriamente por el comparativo y la proporcionalidad puede ser tanto directa como inversa (cf. (13)).

(13)

a. Más sabemos de él, menos lo conocemos. (Rubén Amón, El Confidencial, 2.10.2020)

b. Lo que pasa que, que... peor se hacen las cosas, mejor le va a Illa. (Rubén Amón, Tertulia Más de uno, 8.1.2021)

Además, cuando la proporcionalidad es directa, el periodista emplea también una variante encabezada por el comparativo de igualdad tan(to) (como en 14), equivalente a la ya mencionada del francés, pero que no se documenta en ningún trabajo sobre comparativas proporcionales en español. A diferencia de la construcción correlativa descrita arriba (cuanto... tanto... sin comparativos de igualdad), el significado de esta variante sí implica un cambio proporcional entre las magnitudes, es decir, tiene una lectura dinámica. En el discurso, la interpretación por defecto es la de aumento, siendo prácticamente equivalente a la variante con más... más... en términos semánticos.

(14) Tanto intenta camuflarlo, tanto se identifican las trampas de la tramoya y se complican las versiones exculpatorias. (Rubén Amón, El Confidencial, 8.6.2020)

Existe en español una construcción rutinizada que permite la correlación entre dos instancias del demostrativo tanto, ilustrada en (15). El demostrativo suele desempeñar el papel del OD, los verbos están generalmente en presente y la correlación tiende a seguir el patrón OD + verbo, OD + verbo, sin más complementos. El nivel de rutinización es evidente: (15a) es un refrán; (15b) es una frase hecha y en (15c) los ejemplos citados se tratan como eslóganes. Estas correlaciones pueden establecerse entre otros elementos nominales repetidos, como se ve en (16a), y encontramos patrones similares (pero no idénticos; nótese que el primer elemento viene precedido de la preposición a) en otros refranes y frases hechas, como en (16b). Como veremos en §4, donde realizamos un análisis exhaustivo del idiolecto del periodista, las comparativas correlativas usadas por Rubén Amón son de una complejidad y productividad mucho mayor.

(15)

a. —En otras palabras, que no te vayas a entontar, agarrar o enamorar de ella, porque todavía no eres un hombre maduro, ni responsable del hogar; tampoco no vayas a ser «amor trompetero, tantas veo, tantas quiero» —dijo mi tío. (J. R. Serpas, El Super Shamán, El Salvador, 2007)

b. Aquí pensamos que las manos de cada uno son su capital. Tanto tienes, tanto vales. ¿Entiendes? (C. Quílez, «Clic», España, 2009)

c. Las relaciones de producción también cambian; en algunos casos en beneficio del productor, otras veces del empresario. Del «tantos días trabajas, tanto cobras» se pasa al «tanto haces, tanto cobras». (J. J. Merelo, «Holgando», España, 2002)

(16)

a. Culo veo, culo quiero.

b. A rey muerto, rey puesto.

Para estudiar estos usos idiolectales (§4), que bautizaremos como comparativas correlativas amonescas (< Amón + -esco), y su origen (§6), hemos recabado un corpus de textos escritos por Rubén Amón, cuya recopilación explicamos a continuación.

3 Corpus

Amón lleva escribiendo en prensa desde 1990 y, gracias al trabajo de digitalización que han hecho los diarios, podemos recuperar muchos de sus escritos de forma semiautomática, a partir de software de web scraping.[12] Desde 1990 hasta 2015 trabajó en El Mundo, que ha digitalizado gran parte de su hemeroteca en la plataforma Orbyt, donde se pueden buscar artículos por autor.[13] También extrajimos los artículos obtenidos tras buscar «Rubén Amón» en el buscador en línea de este diario (Ariadna), así como todos los artículos disponibles en línea del blog Blog de Pecho. En total, los textos localizados en este periódico ascienden a 6489. Entre 2015 y 2019 trabajó en El País, en cuyo buscador pueden obtenerse 999 artículos publicados por el periodista, que descargamos. Desde 2019 escribe en el diario en línea El Confidencial, del que hemos obtenido los 596 artículos escritos por Amón hasta el 11 de agosto 2022. En este conjunto digital de textos hemos buscado las construcciones comparativas correlativas de forma semiautomática, buscando los cuantificadores comparativos por medio de expresiones regulares y seleccionando los ejemplos relevantes de forma manual.[14]

Además de sus publicaciones en prensa, Rubén Amón ha escrito numerosos libros ensayísticos, de los cuales hemos podido examinar ocho: Dejadme solo (1995), El triunvirato. Carreras, Domingo y Pavarotti (1996), Los secretos del Prado (1997), Pasa un torero: Curro Vázquez desde dentro (2005, en coautoría con Juan Luis Cano), Plácido Domingo (2011), El tigre mordió a Cristo (2015), Sangre, poesía y pasión (2018) y El fin de la fiesta (2021), habiendo recogido los ejemplos de construcciones comparativas correlativas de forma manual.

Asimismo, Amón colabora en la cadena de radio Onda Cero, lo que nos permite acceder también a su habla. Hemos transcrito sus intervenciones en las 96 tertulias políticas del programa Más de Uno emitidas desde principios de enero de 2021 hasta final de mayo del mismo año, así como su sección de «Preguntas de Amón» en este mismo programa y periodo (93 en total) y, de forma manual, extraído sus construcciones comparativas correlativas.[15]

En las fuentes mencionadas hemos recogido todas las correlativas proporcionales de Rubén Amón de forma exhaustiva y sistemática, ya sean asimétricas (que llamaremos estándar, por ser las que se describen en las gramáticas del español) o simétricas (que llamamos amonescas).[16] Sin embargo, también hemos recopilado de forma asistemática ejemplos de comparativas correlativas producidas por Amón en los programas radiofónicos Más de Uno y La Cultureta Gran Reserva, en el podcast Sesión de control, así como dos ejemplos escritos en el único artículo del periodista disponible en la versión online de la revista Jot Down y algunos casos en vídeos o artículos (en este último caso, producidas tras el periodo que descargamos completo) de El Confidencial. Como esta recopilación se ha hecho sin ánimo de exhaustividad, se excluirán de los análisis cuantitativos en que comparamos las correlativas amonescas con las estándar, pues estas últimas se nos han podido escapar con más facilidad en esta recogida no sistemática.

4 Las construcciones comparativas correlativas en el español de Rubén Amón

En el corpus recogido, las correlativas comparativas amonescas presentan una frecuencia muy superior a las estándar, tanto en el patrón normal (encabezado por la subordinada) como en el inverso (encabezado por la principal), como se observa en la figura 1.[17]

Figura 1 
          Tipo de correlativas comparativas en el idiolecto de Rubén Amón.En la figura 1 no se incluyen los ejemplos recogidos de forma no exhaustiva mencionados en §3.
Figura 1

Tipo de correlativas comparativas en el idiolecto de Rubén Amón.[18]

Estas diferencias son todavía más acusadas si nos restringimos a aquellos contextos que son verdaderamente variables, ya que las amonescas no parecen ser posibles cuando las dos oraciones carecen de verbo: encontramos un único ejemplo sin verbo en la segunda oración —cf. (17a)— y un ejemplo ambiguo, de posible interpretación correlativa, que parece ser una traducción más o menos libre del eslogan Travailler plus pour gagner plus que empleó Sarkozy en su campaña electoral de 2007 —cf. (17b)—. Sin embargo, ocho de las treinta correlativas del patrón normal carecen de verbo en ambas oraciones.

(17)

a. Habría que escribir un ensayo sobre la negligencia como camino de virtud política, porque más negligente es la gestión del ministerio de sanidad, más méritos contra el ministro titular, hasta el extremo de poderse postular como gran figura política en las elecciones catalanas. (Tertulia Más de Uno, 4.1.2021)

b. Empezando por la flexibilización de la jornada de las 35 horas, vigente desde 1998 a iniciativa del socialista Jospin y motivo de escarnio en los mítines del actual presidente, cuyo lema abrió de par en par las orejas de la clase empresarial: más horas de trabajo, más riqueza. (El Mundo, 10.9.2007)

A continuación describimos la gramática de las comparativas proporcionales amonescas.[19] Estas pueden estar encabezadas por cualquier comparativo de desigualdad, incluidos los sintéticos (en el corpus se documentan mayor, mejor, peor y antes), así como por tanto, como se indicó en §2. Si bien el patrón con comparativos de desigualdad es el más frecuente (119/209; 56,9%), el patrón con tanto no es en absoluto residual (83/209; 39,7%). En siete ocasiones (3,3%) encontramos un patrón mixto, en el que o bien tanto va inmediatamente seguido de un comparativo de desigualdad —(18a)—, o bien el comparativo de desigualdad aparece en el interior de una de las oraciones encabezadas por tanto —(18b)—, o bien la primera oración aparece encabezada por tanto y la segunda, por un comparativo de desigualdad —(18c)—. Estos patrones son posibles precisamente por la semántica de tanto, que es en principio neutral en cuanto a la dirección de la comparación.

(18)

a. Tanto peor nos van las cosas, tanto crece la lista y el perfil caricaturesco de los enemigos exteriores, de forma que el cura, el inmigrante y el farmacéutico se han convertido en arquetipos abyectos de insolidaridad. (El Mundo, 14.7.2012)

b. Tanto se cuestiona la utilidad de escribir, tanto me parece más necesario reivindicarla. (El Confidencial, 27.11.2020)

c. Tanto se trivializa la definición de la cultura y se desquician sus fronteras, mejor se diferencia la originalidad de los toros como fenómeno incomparable e inimitable. (El Confidencial, 20.10.2021)

Desde el punto de vista semántico, la gran mayoría de las comparativas correlativas tienen una interpretación de proporcionalidad directa (186/209; 89%), frente a la interpretación de proporcionalidad inversa (23/209; 11%). Esto corresponde a lo que observa Velando Casanova (2002) para las comparativas correlativas generales y probablemente sea una consecuencia de que esta interpretación es más sencilla cognitivamente y, por ello, más frecuente en el discurso. Si bien en algunos casos el patrón con tanto... tanto... no tiene una lectura dinámica, siendo más bien equivalente a tanto... como..., esto ocurre en una minoría de los casos (3/89, 3%, además de un caso ambiguo), cf. (19a)), pues la interpretación mayoritaria y por defecto de este patrón es equivalente al de más... más... (como en (19b)).

(19)

a. Tanto lo yerguen hoy como devotos del gran poder, tanto mañana lo arrojan por el barranco como si fuera material radiactivo. (El Confidencial, 23.2.2022)

b. Tanto las sociedades se amaneran, edulcoran, infantilizan, estandarizan y amuerman, tanto resulta atractivo y provocador asomarse al vértigo que propone un acontecimiento transgresor y vanguardista. (El fin de la fiesta, 2021)

En principio, en las comparativas correlativa amonescas, el comparativo puede incidir sobre cualquier elemento, independientemente de su clase gramatical. Sin embargo, observamos diferencias importantes entre el patrón con comparativos de desigualdad y el patrón con tanto... tanto..., que presenta cierta defectividad. Como se observa en la figura 2, solo hay cuatro casos en los que el comparativo de igualdad se refiere a un sustantivo y uno en el que se refiere a un adjetivo —cf. (20)—, incidiendo en todos los demás sobre el verbo. La diferencia con el patrón de desigualdad, con un reparto más equilibrado y alcance también sobre adverbios y sintagmas preposicionales, es evidente.[20] En ambos patrones hay ejemplos con doble interpretación, donde el elemento afectado por el comparativo —un sustantivo o un adjetivo— no aparece contiguo a este, lo que permite una interpretación en la que el comparativo afecta a la oración completa (es decir, como un circunstancial del verbo). Estos casos, que en la figura 2 aparecen con una doble asignación (V/N, V/Adj), se ejemplifican en (21) (cf. también (19b)). Este comportamiento se da también en el patrón mixto (cf. (18b)).

Figura 2 
          Categoría gramatical del elemento modificado por el comparativo en las comparativas correlativas amonescas.
Figura 2

Categoría gramatical del elemento modificado por el comparativo en las comparativas correlativas amonescas.

(20)

a. Tantos libros vende su ex pareja en la inercia del escarnio colectivo, tantos votos desperdiga el jefe del estado [...]. (El Mundo, 17.9.2014)

b. Tan grande es tu enemigo, tanto pesas tú, parece decirse el outsider de las elecciones francesas. (El Mundo, 12.3.2012).

(21)

a. Más cerca se observa a sí mismo en la Moncloa, más identifica conspiraciones y sobreactúa en la reivindicación de su poder. (El Confidencial, 20.9.2021)

b. Tanto ganaba dinero Decca, tanto se «desesperaban» los tenores. (Plácido Domigo, 2011)

c. Más crece la tecnología, menos se hace necesario el factor humano en los talleres. (El Mundo, 29.10.2009)

De la figura 2 hemos excluido los casos de (22a-b), en los que la interpretación del modificado no está clara. Semánticamente parece que los nombres propios tienen una lectura adjetival (y no identificativa), pero en ese caso esperaríamos la apócope de tanto en (22b) —que no se produzca es otro indicio de la defectividad de este patrón— y no esperaríamos su omisión, como en el primer miembro de (22c) —donde la interpretación del pronombre personal es dudosa: ¿se trata del sujeto o del atributo? Este ejemplo se ha considerado un caso de modificación verbal—.

(22)

a. Más Domingo era Domingo, más Cyrano era Cyrano. Y más Hermann fue Hermann cuando Plácido Domingo añadió a su repertorio enciclopédico no haya un nuevo papel, sino un nuevo idioma. (Sangre, poesía y pasión, 2018)

b. Tanto Gould es Gould, tanto Bach o Beethoven los percibimos como si hubieran resucitado. (El País, 11.10.2015)

c. Y más era ella, más se acercaba a la heroína o a la mártir que le correspondía interpretar. (El Mundo, 4.6.2014)

En cuanto al orden de palabras, llamamos la atención sobre dos cuestiones. En primer lugar, el cuantificador comparativo debe encabezar ambas oraciones, como en el patrón normal de las correlativas estándar y a diferencia del patrón invertido —en las amonescas no hay posibilidad de tener dos patrones, puesto que ambas oraciones son formalmente idénticas—. Desde el punto de vista semántico, esto significa que la primera oración corresponde siempre a la prótasis. Este patrón también se cumple en ejemplos como (18b), en los que aparecen dos comparativos en la misma oración, pues tanto encabeza invariablemente la cláusula, aunque más aparezca tras el verbo.

En segundo lugar, la inversión del orden sujeto-verbo, que es en principio obligatoria en las comparativas correlativas estándar cuando el comparativo encabeza la oración, no lo es en las amonescas (como tampoco en las simétricas del francés o del italiano). Como se observa en la figura 3,[21] la inversión (VS, _VS) sí es la situación más frecuente en todos los casos (en ambos miembros de la comparativa correlativa y tanto en el patrón de desigualdad como en el de igualdad), pero en todos los casos es posible el orden sujeto-verbo (SV), sin inversión, a veces con asimetría entre los dos miembros—cf. (23). Sin embargo, se observan diferencias importantes entre el patrón de desigualdad, donde la no inversión es muy poco frecuente, y el de igualdad, donde esta alcanza cotas nada desdeñables, especialmente en el segundo miembro oracional, donde su frecuencia es equiparable a la del orden con inversión. Por último, cuando el sujeto no está presente, pero hay más elementos en la oración, el verbo suele aparecer a continuación del comparativo (V_) —es decir, como en los casos de inversión—, con muy pocas excepciones (_V), todas en el segundo miembro del patrón de igualdad.

Figura 3 
          Posición del verbo en las estructuras correlativas amonescas.
Figura 3

Posición del verbo en las estructuras correlativas amonescas.

(23)

a. Más conocen los espectadores el acontecimiento, más los atletas pueden erigirse en mediadores del misterio. (El Mundo, 20.8.2008)

b. Tanto Rajoy ejercía su proverbial dontancredismo, tanto Sánchez braceaba y braceaba en todas las direcciones para mantenerse a flote. (El País, 25.4.2016)

En cuanto al modo verbal de las comparativas proporcionales, las amonescas no parecen permitir el modo subjuntivo (0/204, 0%), modo que sí se observa en las comparativas correlativas estándar con el patrón normal empleadas por Amón. Esta diferencia se explica sin duda por el hecho de que las amonescas no están introducidas por ninguna partícula subordinante (la misma restricción se observa también en francés e italiano).

Por lo que se refiere al tiempo verbal, lo más habitual es que los tiempos de los dos miembros sean idénticos. Esto es así en el 93,8% de los casos recogidos (196/209) —y es también lo más frecuente en las estándar que emplea el periodista—. Frente a la aparente defectividad en el modo verbal de las amonescas, encontramos mayor variación que en las estándar en lo que respecta al tiempo verbal. En estas últimas encontramos cinco patrones posibles, todos con tiempos imperfectivos —presente, imperfecto y futuro—: 1) presente de indicativo + presente de indicativo, 2) imperfecto de indicativo + imperfecto de indicativo; 3) presente de subjuntivo + presente de indicativo; 4) presente de subjuntivo + futuro de indicativo, y 5) presente de subjuntivo + presente de subjuntivo.

En las amonescas, el patrón más productivo es el de presente de indicativo + presente de indicativo (N = 129), seguido de imperfecto de indicativo + imperfecto de indicativo (N = 60), pero encontramos también otras combinaciones menos habituales. El presente de indicativo se combina también con el condicional (N = 2, y otra vez coordinado con el presente), el futuro de indicativo (N = 2), el imperfecto de indicativo (N = 1, en coordinación con el presente) y el pretérito perfecto compuesto (N = 1), mientras que el imperfecto de indicativo se combina también con el pretérito perfecto compuesto (N = 1). En §2 se señaló que las correlativas proporcionales tienden a aparecer en tiempos imperfectivos, pero las amonescas también aceptan el pretérito perfecto compuesto incluso en la primera oración, ya sea en combinación simétrica con el pretérito perfecto compuesto (N = 7) o asimétrica con el presente de indicativo (N = 3) o el condicional (N = 1).

Ofrecemos algunos ejemplos en los que los tiempos verbales no son idénticos en (24). Cuando la primera oración presenta un tiempo imperfectivo y la segunda oración, un futuro o un condicional —como en (24a)—, la interpretación de la primera oración se asemeja a la que tendría en subjuntivo (en la correlativa estándar). Por otro lado, en los casos con tiempos perfectivos en las dos oraciones —como en (25a)—, la interpretación es más semejante a la correlativa de igualdad estándar que en estándar se construiría con tanto... cuanto... sin los comparativos de desigualdad. Es decir, no se da necesariamente una lectura dinámica, sino de mera equiparación de cantidades. Cuando se mezclan tiempos perfectivos e imperfectivos, sin embargo, sí se percibe la lectura de aumento proporcional —cf. (25b)—.

(24)

a. Mejor les van las cosas a todos ellos, más fuerte ondearía la bandera de Génova, si no fuera porque Casado percibe como una amenaza la descentralización del poder, las peculiaridades territoriales y la ambición de sus alfiles. (El Confidencial, 20.9.2021)

b. Antes se entrega y se deja violar, menos víctimas y daños conllevará el martirio, el estupro. (El Confidencial, 7.3.2022)

(25)

a. Tanto ha crecido su carrera, tanto lo ha hecho el peso de la ópera en España. (Plácido Domingo, 2011)

b. Tanto ha trivializado Jorge Mario Bergoglio la liturgia, la poética, tanto el misterio de la fe se degrada al prosaísmo de una ONG o al prosaísmo de una misión desmitificada. (El Confidencial, 24.1.2020)

Por último, queda mencionar la distribución sintáctica de las comparativas correlativas amonescas. En general, estas aparecen aisladas —a modo de oraciones principales— (N = 195), aunque también pueden aparecer en oraciones completivas (N = 7, una vez sin la conjunción que; cf. (26a-b)) o causales (N = 5, cf. (17a)). Las encontramos incluso como oraciones relativas, aunque en dos únicas oraciones, ambas en contextos orales y con algunos elementos anacolúticos (cf. (26c)). Es en el habla cuando ocurren la mayoría de comparativas correlativas amonescas en contextos que podemos llamar subordinados (dentro de completivas, relativas o causales): solo una completiva ocurre en un texto escrito, mientras que los 13 contextos subordinados restantes aparecen en textos orales —9 de ellos en la tertulia de Más de Uno, que es el contexto más espontáneo de que disponemos; los 4 restantes aparecen en textos orales planificados y están en el interior de oraciones completivas—. Este efecto de la oralidad se ve también en el ejemplo (26a), en el que aparentemente solo el segundo miembro de la correlativa aparece en el interior de la completiva, lo que en realidad tiene que ver con la movilidad del verbo creer en estos contextos orales, casi parentéticos.

(26)

a. Lo cual no significa que siga en vigor el Código civil y que todas las difamaciones, injurias sigan penalizándose, pero más laxa es el espacio de la libertad de expresión creo que más sana es una democracia, ahora que hablábamos de salubridad democrática. (Tertulia Más de Uno, 10.2.2021)

b. Bueno, a ver, Alsina, tú tienes creada la tasa Feijóo, que es más sube la inflación, menos posibilidades tiene Sánchez de ser presidente del gobierno. (Tertulia Más de Uno, 29.6.2022)

c. El Barça ha sido el reflejo del estado de ánimo de la causa soberanista y que, más prosperaba, más eco tenía el equipo de fútbol y más funcionaba como instrumento sentimental y emocional. (Tertulia Más de Uno, 18.1.2022)

5 Correlativas amonescas más allá de Rubén Amón

Como se mencionó en §2, algunos autores mencionan la existencia de comparativas proporcionales simétricas en español. Para tener una idea más completa de su comportamiento y distribución y averiguar hasta qué punto son idiolectales los usos de Amón, hemos recurrido al CORPES XXI.

Encontrar estas construcciones en corpus no es sencillo, pues su singularidad formal más fiable es tener dos comparativos. Para evaluar su frecuencia frente a otras comparativas proporcionales, hemos buscado aquellas secuencias dobles de más seguido de un verbo separadas por un máximo de cinco palabras en CORPES XXI, en cuatro contextos. En la figura 4 se muestran las frecuencias de los cuatro patrones: comparativas correlativas con el subordinante cuanto (353/520, 67,9%), mientras (116/520, 22,3%) y entre (44/520, 8,5%) y comparativas correlativas simétricas paratáticas, es decir, sin subordinante (7/520, 1,3%). Como puede observarse, las paratácticas se documentan, pero con una frecuencia muy baja.

Figura 4 
          Frecuencia de las distintas comparativas correlativas en español (CORPES XXI).
Figura 4

Frecuencia de las distintas comparativas correlativas en español (CORPES XXI).

Para entender mejor sus posibilidades sintácticas y su distribución geográfica, buscamos las combinaciones de todos los comparativos entre sí (sin mezclar los de igualdad y desigualdad, es decir, sin considerar posibles patrones mixtos), separados por un máximo de 10 palabras y con la única restricción de que el primer comparativo ha de aparecer trás un signo de puntuación,[22] lo que reduce los falsos positivos, aunque elimina ejemplos potenciales, puesto que, aunque el comparativo aparece en posición inicial en las comparativas proporcionales simétricas, puede seguir a conjunciones coordinantes (y, pero) y probablemente a más elementos, como se ve en (27), con un sujeto pronominal delante del comparativo.[23] Tras examinar las 25.908 ocurrencias obtenidas identificamos 46 comparativas correlativas simétricas, además de tres ejemplos ambiguos.

(27) La probabilidad de sorprenderse disminuye con el tiempo vivido, aunque más no sea porque es una consecuencia natural: uno más vive, más cosas conoce, más acostumbrado está al mundo que lo rodea, más puede predecir lo que se avecina, y por lo tanto, es cada vez menos probable que aparezca algo que uno no haya imaginado o visto. (Argentina, CORPES XXI)

Aquí también conviene diferenciar entre las comparativas correlativas con comparativos de igualdad (tanto, tan) y las que emplean los de desigualdad. Estas son mucho más frecuentes que aquellas: 39 (85%) de las 46 no ambiguas emplean los comparativos de desigualdad, por solo siete que usan tanto (15%).

Centrémonos primero en las más numerosas, ilustradas en (28). Solo cuatro de las 39 (10%) muestran coordinación explícita —por medio de la conjunción y— entre la prótasis y la apódosis (como en (28b)). En un único caso (en 28c)), el comparativo de desigualdad aparece precedido —siempre— por tanto. Este refuerzo es posible también en las comparativas correlativas estándar con cuanto y por ello las incluimos en el grupo de las de desigualdad, puesto que lo sorprendente de las comparativas proporcionales amonescas con tanto es la ausencia de los comparativos de desigualdad. La mitad de los ejemplos procede de Argentina (19/39, 49%).[24] Los demás ejemplos proceden de otros países de América —Perú (n = 4), México (n = 3), Uruguay (n = 3), Venezuela (n = 3), Colombia (n = 2), Costa Rica (n = 2), Guatemala (n = 1)—, salvo dos ejemplos de autores españoles (5%), que se ilustran en (29).

(28)

a. Los impuestos son inversamente proporcionales a los orgasmos. Más suben aquéllos, más bajan éstos. (Argentina, CORPES XXI)

b. Sí, una copa por favor. Me viene bárbaro. Sonrío, pero no me siento bien. Peor me siento y más grande es la sonrisa. (Argentina, CORPES XXI)

c. La risa es, también, exorcismo: tanto más insostenibles los argumentos, tanto más absurdas las razones, tanto más fácilmente la hilaridad nos permite superar nuestro desagrado ante ellos; banalizarlos. (Venezuela, CORPES XXI)

(29a) lo produce un músico y divulgador musical, tema que conforma una de las especializaciones de Amón. (29b) la produce un periodista del periódico El Mundo en una fecha en que Amón también trabajaba en este. Aunque Amón no conoce personalmente a ninguno de los dos, parece probable que estos hayan seguido su producción. En este sentido, el ejemplo de (30) es muy revelador, pues lo documentamos en un podcast del programa Más de Uno: tanto el guionista como el locutor colaboran con Amón desde hace años, por lo que este ejemplo parece un caso claro de contacto con el habla del periodista.

(29)

a. Pues sí, porque la capilla musical era como puede ser la ropa de marca o el coche hoy día. Mejor ropa usas, mejor coche tienes, más se supone que vales. ¡Craso error! Pero las cosas son y han sido así, por desgracia. Un noble que no tuviera capilla musical, no era digno de respeto. Si tenía capilla musical, cuantos más músicos hubiera en ella más pez gordo sería para la gente. (Fernando Argenta, España, CORPES XXI)

b. La gala de este año será más vistosa y agradecida por televisión que en directo. Valga como ejemplo, salvo alguna excepción como España, la puesta en escena de la mayoría de las delegaciones: un cantante y dos, tres coristas como máxima. Sin cuerpo de baile. Menos personas viajan, menos dinero cuesta. (Raúl Piña, El Mundo.es, España, CORPES XXI)

(30) Más se peleaban los cristianos, más tranquilamente dormían en la Alhambra. (1492 (podcast), Carlos Zúmer (guionista), Carlos Alsina (voz), 2022, España)

Vayamos ahora a las correlativas comparativas con tanto... tanto... en el CORPES XXI. Los siete ejemplos encontrados (en ninguno de los cuales aparece la conjunción y coordinando las dos oraciones) pertenecen al modelo rutinizado que se ilustró más arriba (en (15)).[25] Es decir, en el CORPES XXI no encontramos comparativas correlativas con tanto... tanto... equivalentes a las empleadas por Rubén Amón, que presentan una complejidad mucho mayor. Su distribución geográfica difiere sustancialmente de las recién comentadas, pues cinco ejemplos son de hablantes españoles (71%). Los dos restantes proceden de México y El Salvador. Hay además tres ejemplos, ilustrados en (31), que podrían permitir la lectura de correlativa comparativa, pero también una lectura de simple coordinación (o yuxtaposición) —solo distinguibles en la oralidad, pues difieren en la entonación del primer miembro oracional—. Sin embargo, hay indicios que sugieren que no se trata de comparativas correlativas, como que los verbos de (31a) y (31b) aparezcan en pluscuamperfecto, un tiempo verbal que no hemos documentado en ninguna de las correlativas simétricas del CORPES XXI ni en las amonescas, los puntos suspensivos con que acaba (31b) o que en (31c) tenemos la coordinación —explícita, por medio de la conjunción y— de dos sintagmas nominales con tanto que contienen sendas oraciones relativas, una estructura inédita en las correlativas amonescas analizadas.

(31)

a. ¿Quién era Sara? Tuvo que admitir que jamás había llegado a conocerla. Ni siquiera ahora. Acaso porque Sara se había intentado convertir en una mujer que no era. Tanto le había querido, tanto le había amado, tanto se había ocultado. Cuánta oscuridad. Cuánto amor. Pobre amor herido. (España, CORPES XXI)

b. Cuando Arbeláez, Raymond Bodennman y Ruiz confirmaron que lo había logrado, comprendieron que Cardona estaba en condiciones de subir al Everest. Tantas veces lo había expresado, tantas veces ellos lo habían dudado... Cardona había hablado del Everest incluso en el hospital, cuando ni los médicos podían asegurar que volviera a caminar. (Colombia, CORPES XXI)

c. Ya está, Nazarena. Lo hiciste. Te has ido. Ahora tendrás que hacerlo como los alcohólicos: un día a la vez. Ni siquiera estás segura de que lo vas a lograr. Tantas veces que se han separado y tantas veces que has pactado y has vuelto sintiendo que ya no tienes dignidad. (Ecuador, CORPES XXI)

En el CORPES XXI encontramos también ejemplos del patrón simétrico cuando las correlativas no tienen verbo. Son casos difíciles de detectar, pues es frecuente que la lectura de coordinación se solape con la de correlación. Mostramos algunos casos inequívocos (véase (32)). No ofrecemos datos cuantitativos, pues no hemos recogido los ejemplos de forma exhaustiva. Los documentamos tanto en España como en todas las zonas americanas, aunque, que sepamos, este patrón no ha sido observado en la bibliografía.

(32)

a. La pieza estaba dividida con tablillas y listones para separar el espacio que le tocaba a cada uno. Tantas marcas, tantas personas. (Venezuela, CORPES XXI)

b. La cuantía de consumo también se relacionó con la probabilidad de éxito: más pitillos, más peligro de recaer. (España, CORPES XXI)

En conclusión, los datos del CORPES XXI nos permiten asegurar que Rubén Amón tiene, en su acervo idiomático individual, unas comparativas proporcionales inusitadas. En lo que se refiere a las de desigualdad, son inusitadas porque estas construcciones son prácticamente desconocidas en España. En lo que se refiere a las de igualdad, estas parecen estar ausentes de todas las variedades del español, aunque hay que adoptar todas las cautelas a la hora de afirmar la inexistencia de una construcción por no documentarla en corpus. Por otro lado, los datos del CORPES XXI atestiguan construcciones similares (como los patrones rutinizados de (15) o los casos sin verbo de (32)) que muestran que el modelo simétrico tiene cierta presencia en la gramática española, lo que pudo contribuir a que Amón adoptara la estructura novedosa y, sobre todo, a que esta les pase inadvertida a aquellos que las oyen o leen, como veremos en §7.

6 Diacronía de las correlativas amonescas

Gracias a que contamos con datos longitudinales de la escritura de Amón podemos averiguar si siempre ha hecho uso de estas comparativas proporcionales idiolectales, con el objetivo de responder a nuestra primera pregunta: ¿cómo se ha conformado este rasgo gramatical idiosincrático? En la figura 5 puede observarse la distribución temporal de las comparativas proporcionales documentadas en sus textos.[26] Lo que puede observarse es que, en sus primeros textos, solo se observan comparaciones correlativas estándar, pero la situación cambia a partir de 2005, cuando empiezan a documentarse las primeras amonescas. En 2005 Amón llevaba viviendo más de seis años en Italia (donde desempeñaba la corresponsalía de El Mundo) y hablaba italiano con fluidez. Ese año fue enviado como corresponsal a París, donde comenzó a aprender francés, lengua que acabaría dominando también. De las diez comparativas correlativas amonescas que produce entre 2005 y 2006, cuatro aparecen o bien puestas en bocas de personajes franceses —es decir, probablemente traducciones, cf. (33a)— o de españoles que han vivido en Francia desde temprana edad y cuya habla está muy influida por esta lengua —como se ilustra en (33b)—. Sin embargo, las dos primeras documentaciones —cf. (34)—son de su propio idiolecto y al menos (34a) es anterior a su toma de contacto con el francés. Nótese que también hace uso de las correlativas estándar en traducciones del francés y del italiano (como en (33c)). En la figura 5 indicamos si las comparativas proporcionales documentadas se encuentran en traducciones del francés o el italiano (y en ocasiones del inglés, lengua cuyas comparativas proporcionales son también simétricas). A partir de 2010, las correlativas amonescas se vuelven mayoritarias.

(33)

a. De Gaulle no quiso tomar nota de los consejos. Prefirió exacerbar el patriotismo, desmarcarse de la OTAN, viajar amistosamente a Moscú y a Pekín como prueba de la soberanía francesa o como ejemplo del antiamericanismo: «Tan grande es mi rival, tan grande soy yo». (El Mundo, 8.11.2006)

b. A veces le cuesta a Ioritz Mendizábal expresarse en español. No por resistencia nacionalista, sino porque se marchó a Francia a los 14 años. [...] Procura beber mucha agua y evita pesarse en casa. «Más te pesas, más te obsesionas y menos pierdes. Más te olvidas, mejor te conservas». (El Mundo, 4.10.2009)

c. R.- Créame, hay trabajo para todo el mundo. Y la experiencia demuestra que cuanto más trabaja el presidente, más trabaja el Gobierno. (Entrevista a Nicolas Sarkozy, El Mundo, 27.12.2007)

(34)

a. Más tiempo pasaba, más gente aparecía en san Pedro. (El Mundo, 18.4.2005)

b. Más grande era la presión, peores eran los resultados. (Pasa un torero, 2005)

Figura 5 
          Comparativas proporcionales de Rubén Amón desde 1990 hasta 2022.
Figura 5

Comparativas proporcionales de Rubén Amón desde 1990 hasta 2022.

Si bien antes de 2005 se documentan menos casos de comparativas proporcionales en general (quizá porque Amón escribe en esa época textos más puramente informativos), la figura 5 sugiere que las comparativas amonescas son un uso sobrevenido en el idiolecto del periodista: un cambio en su acervo idiomático individual. Puesto que las oraciones comparativas correlativas del italiano pueden mostrar el patrón simétrico y que este es el único patrón disponible en francés (como se detalló en §2), parece probable que el origen de las comparativas amonescas se halle en su contacto con estas dos lenguas.

Habida cuenta de que hemos encontrado diferencias gramaticales relevantes entre el patrón de desigualdad y el de igualdad, es interesante el hecho de que Amón no incorpore a su idiolecto ambos a la vez, como se observa en la figura 6, que solo incluye los casos de amonescas. Mientras que la primera amonesca de desigualdad se produjo en abril de 2005, las primeras amonescas de igualdad, así como las mixtas, se producen en noviembre de 2006, es decir, un año y medio más tarde (curiosamente, en dos artículos distintos publicados el mismo día: se ofrecen en (35)). Además, no se generalizan hasta finales de 2019. Parece relevante que las de igualdad surjan de forma más tardía, ya que solo el francés cuenta con una estructura paralela a la de tanto... tanto... (autant... autant...): a finales de 2006 Amón ya llevaba un año en un contexto de inmersión en esta lengua, lo que sugiere que el conocimiento de esta lengua podría no solo haber reforzado la interferencia original del italiano, sino haber expandido las posibilidades de la estructura adquirida.

(35)

a. Tanto se apaga la estrella personal del Cavaliere, tanto repercute el pesimismo en el equipo, hasta el extremo de que la derrota en los comicios legislativos de 2006 coincidió con la debacle institucional del Milan a cuenta del escándalo de Calciopoli. (El Mundo, 18.11.2006)

b. Tanto las encuestas favorecían sus opciones, más obstáculos le colocaba la vieja guardia en el camino. (El Mundo, 18.11.2006)

Figura 6 
          Comparativas proporcionales amonescas desde 2005 hasta 2022.
Figura 6

Comparativas proporcionales amonescas desde 2005 hasta 2022.

Otro indicio de que lo que observamos es un cambio en la gramática de Amón a lo largo de su vida lo conforman los ejemplos de (36). En ocasiones, Amón reproduce un mismo pasaje u oración, ya sea suyo —como en (36a-b)— o volviendo a citar a otras personas —en el caso de (36c-d), a Montserrat Domínguez—. En estas reproducciones posteriores modifica la construcción, que originariamente empleaba la estructura estándar. (36b) parece un pensamiento repetido fruto de la casualidad (se refiere a dos personajes distintos), mientras que (36f) probablemente se deba a que se trata de una reproducción oral de un texto escrito, donde no es raro modificar de forma inconsciente el texto para adaptarlo a la variedad propia. Estas modificaciones ocurren también en los ejercicios de transcripción y probablemente expliquen el ejemplo de (37), donde Amón reproduce el discurso de la valenciana Ana Luisa Chova empleando una comparativa correlativa amonesca. Si bien no podemos descartar que la profesora de canto produjera efectivamente la construcción simétrica, parece poco probable, teniendo en cuenta su práctica inexistencia en el español europeo —tampoco se describe esta construcción para el catalán (Institut d’Estudis Catalans 2016)—.[27] No encontramos en el corpus cambios en el sentido contrario (de amonesca a estándar), lo que es coherente con la preferencia creciente del periodista por las construcciones simétricas a lo largo del tiempo.

(36)

a. ¿Lo dice Karl Lagerfeld o lo dice su personaje? Ni los libros prohibidos, ni la película devota de Rudolph Marconi contribuyen demasiado a desenmascararlo. Cuanto más sabemos de él, menos lo conocemos. (El Mundo, 21.10.2007)

b. [Glenn Gould] Un canadiense fornido, divertido, entrañable, cuya personalidad se nos escapa cada vez que aspiramos a definirlo, a contenerlo. Más sabemos de él, menos lo conocemos. (Jot Down, mayo 2019)

c. «Cuanto más se acerca un programa al prime time, más tiende a forzarse la línea roja del infoespectáculo». (El País, 4.12.2015)

d. Más un programa se acerca al prime time, más tiende a forzarse la línea roja del infoespectáculo. (Podcast Sesión de Control, «Profesión, tertuliano (II)», 26.8.2021)

(37) «Hay quienes dicen que Domingo no tiene técnica», objeta la maestra Chova, «pero está claro que si la tiene porque, de otra manera, no hubiera cantado tantos años, tantas funciones ni tan bien. Me refiero a que la buena técnica es la que le ha permitido multiplicar el número de funciones hasta límites inverosímiles. Más cantaba, más se automatizaba el mecanismo técnico, igual que cuando caminamos sin darnos cuenta de que lo estamos haciendo». (Plácido Domingo, 2011)

7 Percepción de las correlativas amonescas

Nuestra segunda pregunta (¿cómo mantiene Amón este rasgo idiosincrático dentro de una comunidad de habla que no lo practica?) trata de la relación entre el acervo idiomático individual y la lengua como entidad social. Aquí desempeña un papel importante el interlocutor, con el que se establece la comunicación, y no solo el hablante. Von der Gabelentz (2016 [1901], 62), aunque hablando de la relación entre el nivel del habla (parole) y el de la lengua (langue), ilustra esta idea:

«Die Rede ist eine Äusserung des einzelnen Menschen, die sie erzeugende Kraft gehört also zunächst dem Einzelnen an. Aber die Rede will verstanden sein, und sie kann nur verstanden werden, wenn die Kraft, der sie entströmt, auch in dem Hörer wirkt. Diese Kraft, – ein Apparat von Stoffen und Formen, – ist eben die Einzelsprache».[28]

Así, llama la atención que estas construcciones no normativas, y quizá agramaticales para una gran cantidad de hablantes, aparezcan en la prensa escrita, sin haber sido detectadas —o al menos corregidas— en el proceso de publicación. Esto nos hace pensar que, a pesar de no ser generadas por el sistema del español peninsular, pasan desapercibidas —y, por tanto, no son exactamente agramaticales—. Para comprobar esta sospecha, condujimos un experimento perceptivo piloto, en el que contrastamos las evaluaciones de las comparativas amonescas y las estándar (con cuanto). El experimento —realizado con el software OnExp— contaba con dos listas independientes de estímulos (de las que cada participante evaluaba únicamente una), en las que había cuatro comparativas proporcionales —dos amonescas y dos estándar—, además de ocho distractores. Cada lista contaba con estímulos idénticos, que solo se diferenciaban por la variante empleada. Ningún participante evaluó la misma oración en sus dos variantes.[29] Las oraciones evaluadas son ejemplos reales de Amón, que aparecían precedidos de un contexto que las situaba, pues se pedía evaluar su naturalidad, pero, al ser ejemplos de prensa escrita, tienen un estilo elevado que no siempre se calificaría de natural. Contábamos con tres ejemplos de desigualdad (más... más...; más... menos...; y peor... mejor...) y con uno de la variante tanto... tanto...

Los participantes debían contestar a dos preguntas: 1) «¿Cómo le suena la oración anterior?» y 2) «¿Usaría usted una expresión así?». Para la primera, debían elegir un valor entre 1 y 7 en una escala tipo Likert, en la que solo se hallaban etiquetados los extremos (1 = nada natural; 7 = completamente natural). Para la segunda, podían elegir entre cuatro opciones: 1) «Sí, podría decirlo así», 2) «Yo no lo diría así, pero conozco gente que la usa»; 3) «No, nunca he oído o leído algo así, pero la entiendo bien», y 4) «No, y me cuesta entender el significado». Por último, podían indicar una variante alternativa de forma opcional («Si lo desea, indique cómo lo diría de otra manera»).

Al realizar una primera evaluación de los resultados, observamos que dos de las construcciones estándar (las correspondientes a las variantes más... más... y tanto... tanto...) recibían unas evaluaciones inferiores a lo esperado. Gracias a las variantes alternativas ofrecidas por los participantes, observamos que el orden sujeto-verbo era lo que resultaba problemático en el primer caso, mientras que en el segundo se preferían construcciones alternativas (generalmente, comparativas proporcionales del tipo cuanto más... más/mayor..., pero también se propusieron comparativas de igualdad con tanto... que...). Decidimos comprobar si el problema podía estar en la semántica de la correlación, intercambiando tanto por cuanto y cuanto por tanto como introductores de las dos suboraciones. Por tanto, produjimos una nueva lista con dos variantes nuevas (y los ocho distractores) que difundimos entre un público distinto.[30]

De un total de 132 participantes descartamos 9 por no ser españoles, además de un participante español que dio la misma valoración a todas las oraciones en la escala de naturalidad y dos participantes menores de edad. Los años de nacimiento de los 121 participantes restantes van desde 1941 hasta el 2000. La mitad de la muestra nació entre 1963 y 1987, es decir, tiene entre 34 y 58 años. El nivel de estudios de los participantes es más homogéneo, ya que un 89% (107/121) cuenta con estudios universitarios. Un 6% (7/121) tiene un grado de formación profesional; un 5% (6/121) ha completado la educación secundaria y solo uno (1%) ha completado únicamente la primaria. Participaron personas oriundas de todas las comunidades autónomas salvo Canarias, La Rioja y Cantabria, aunque la mayoría proceden de Madrid (54/121, 45%). Las siguientes dos regiones más representadas son el País Vasco (16/121, 13%) y Andalucía (11/121, 9%).

La gran mayoría habla otras lenguas además del castellano y un 72% (87/121) habla inglés, francés o italiano: es decir, lenguas con comparativas proporcionales simétricas y paratácticas. Mientras que siete participantes (6%) no indicaron qué lenguas hablan, las lenguas mencionadas por el 22% restante (27/121) tienen comparativas proporcionales no simétricas e introducidas por subordinantes. A pesar de eso, las lenguas conocidas por los participantes no parecen tener un efecto en los juicios emitidos en el cuestionario, pues no observamos diferencias en las evaluaciones de ambos grupos.

En la figura 7 puede verse que las oraciones estándar con comparativos de desigualdad siempre se valoran mejor que las amonescas. Los valores del 1 al 7 que indicaron los participantes han sido transformados en unidades tipificadas (z-scores), basadas en la media de los valores escogidos por cada participante.[31] Por lo tanto el eje de ordenadas de la figura 7 codifica la distancia de cada valor a esa media en número de desviaciones estándar: los valores positivos indican valores por encima de la media y viceversa. Mientras que las comparativas correlativas amonescas siempre se califican por debajo de dicha media, la estructura estándar siempre recibe una calificación por encima de la media, con la única excepción del caso sin inversión del orden del sujeto y el verbo (marcado como _SV). La amonesca peor calificada también es la variante con más... más..., quizá debido a la falta de inversión entre sujeto y verbo: la evaluación más negativa de esta variante puede deberse a la acumulación de la estructura amonesca y la falta de inversión. Sin embargo, para comprobarlo hacen falta más datos, puesto que este ejemplo es también el más largo y presenta otras complejidades léxicas y estructurales.[32]

El caso de la variante con tanto... tanto... es llamativo, porque las dos variantes estándar (marcadas como _NV o _VN según en la primera suboración tanto modifique a un sustantivo o a un verbo) se califican más negativamente que la amonesca —aunque todas presentan calificaciones por debajo de la media—. Esto confirma que la amonesca de igualdad, cuya lectura es, como ya hemos indicado, dinámica, no es equivalente a la correlativa con cuanto... tanto... Nótese que la variante con tanto... tanto... recibe evaluaciones más negativas que las amonescas en las que sí se produce la inversión de sujeto (y similares a la de más... más..., donde no se da la inversión), lo que parece indicar que la variante con el cuantificador de igualdad es percibida como menos natural, aunque, otra vez, haría falta contar con una lista más larga de estímulos para confirmar esta hipótesis.

Figura 7 
          Distribución de las evaluaciones sobre la naturalidad de las distintas construcciones comparativas proporcionales.
Figura 7

Distribución de las evaluaciones sobre la naturalidad de las distintas construcciones comparativas proporcionales.

Las respuestas sobre percepción del uso propio y ajeno, resumidas en la figura 8, muestran que, en general —otra vez las variantes con el patrón de igualdad van en otra dirección, siendo las estándar las más difíciles de entender—, las variantes estándar se perciben con más frecuencia como un uso propio. Sobre las amonescas, resultan destacables dos resultados: apenas ningún participante muestra dificultades para entenderlas —donde se observan más dificultades es en la variante con tanto... tanto...— y frecuentemente se consideran usos ajenos conocidos, aunque, como hemos visto en §5, están lejos de ser habituales en el español peninsular—. Es decir, los hablantes parecen aceptar estas construcciones en su competencia pasiva, aunque probablemente no estén muy expuestos a ellas (a pesar de la presencia pública de Amón).

Figura 8 
          Distribución de las percepciones sobre el uso de las distintas construcciones comparativas proporcionales
Figura 8

Distribución de las percepciones sobre el uso de las distintas construcciones comparativas proporcionales

8 Conclusiones

En este trabajo hemos estudiado un rasgo sintáctico idiolectal en el acervo idiomático individual de un hablante concreto, a saber, las comparativas correlativas del periodista español Rubén Amón, que siguen un patrón simétrico paratáctico, sin elemento subordinante. A partir de un estudio longitudinal de sus escritos, hemos constatado que estas construcciones no aparecen desde siempre en sus textos, sino que se documentan por primera vez en 2005, cuando el periodista llevaba años en contacto diario y cotidiano con el italiano, lengua que posee este tipo de comparativas correlativas simétricas. Además, hemos identificado dos tipos de correlativas simétricas amonescas: las introducidas por comparativos de desigualdad y las introducidas por los comparativos de igualdad. Estas últimas son más tardías y se documentan una vez que Amón ya está en contacto con el francés, lengua que posee también unas comparativas correlativas de este tipo, con autant... autant..., a diferencia del italiano. Estas últimas construcciones amonescas presentan ciertos indicios de defectividad en comparación con las formadas con los comparativos de desigualdad, lo cual parece lógico, ya que son las que más se distancian de la gramática del español. Las comparativas proporcionales simétricas empleadas por Amón se diferencian de las comparativas proporcionales hipotácticas del español estándar en múltiples rasgos sintácticos: presentan una mayor flexibilidad en la posición del sujeto respecto del verbo y admiten un abanico más amplio de combinación de tiempos verbales, aunque, al no estar introducidas por un elemento subordinante, no admiten el subjuntivo. A lo largo de la vida del periodista, las correlativas que hemos llamado amonescas se convierten en su mecanismo preferido para formar comparativas correlativas. Parece, por tanto, que nos hallamos ante un cambio sintáctico dentro del acervo idiomático de un individuo a lo largo de su vida, inducido por contacto lingüístico.

Este caso muestra que la sintaxis de los individuos puede cambiar en la vida adulta, algo que se considera poco probable, especialmente si los rasgos nuevos son «disruptivos» (cf. Anthonissen 2021, cap. 9). No faltan, desde luego, motivos para considerar las comparativas proporcionales amonescas como disruptivas, puesto que implican un cambio importante en la tipología de estas (de hipotácticas a paratácticas). Además, se trata de un préstamo sintáctico de una L2 en la L1 del hablante: la dirección opuesta es la más frecuente y esperable de las interferencias causadas por contacto: esto, como el hecho de que se trate de un cambio con relevancia sintáctica, implica un contacto lingüístico intenso (cf. Thomason/Kaufman 1988), como el que se da en este caso. Sin embargo, hay también algunos elementos del sistema del español que pueden facilitar la adopción de esta nueva estructura, como la existencia de estructuras correlativas rutinizadas que siguen un patrón simétrico similar. Además, el experimento perceptivo descrito en §7 muestra que los hablantes del español peninsular comprenden fácilmente estas construcciones, aunque no las usen. Quizá las comparativas proporcionales simétricas sean lo que Harris/Campbell (1995, 54) llaman «expresiones exploratorias», que están disponibles de forma universal para los hablantes y son por tanto comprensibles, incluso si son agramaticales en un sistema concreto. De hecho, aunque con muy baja frecuencia, encontramos estas comparativas correlativas simétricas en variedades americanas del español (especialmente en la argentina, que es una de las variedades con más contacto histórico con el italiano), lo que indica que estas construcciones tienen potencial para penetrar en el sistema del español. Lo mismo se desprende de los ejemplos aislados en algunos hablantes peninsulares.

Estamos, por tanto, en condiciones de responder a las dos preguntas que formulábamos en la introducción. ¿Cómo se conforma un rasgo lingüístico idiolectal? En este caso, parece que los motivos se hallan en el contacto lingüístico intenso con dos lenguas genéticamente cercanas a la L1 del hablante, pero tipológicamente distintas en cuanto a la construcción de las comparativas proporcionales. ¿Y cómo se mantiene un rasgo individual en una comunidad de habla que no lo practica? Esto seguramente se deba a que este rasgo concreto, aunque reconocido como poco natural por los hablantes, no es particularmente saliente, ya que se trata de una construcción fácilmente interpretable. Así, es poco probable que el hablante que la emplea encuentre reacciones de sorpresa que le permitan tomar conciencia de este uso. Además, esta estructura tiene el potencial para extenderse, como se desprende de que sea productiva en otras variedades del español y de que pueda aparecer en otros hablantes por contacto con el habla de Amón.

Quedan todavía algunos hilos de los que tirar, especialmente a lo que se refiere en la gramática y distribución de las comparativas correlativas simétricas en otras variedades del español, que apenas han sido descritas ni estudiadas. En el CORPES XXI las documentamos en autores repartidos a lo largo y ancho del continente americano, aunque su productividad parece mayor en Argentina. Son, sin embargo, bastante esporádicas, por lo que su estudio requiere acudir a otros métodos además del análisis de corpus. Además de su funcionamiento gramatical, es de interés averiguar cómo conviven con comparativas correlativas hipotácticas en el habla del mismo individuo, además de explorar su origen diacrónico. Queda también investigar este patrón en el caso de las comparativas correlativas sin verbo. Todo ello queda para trabajos futuros.


Agradecimientos

Agradezco las observaciones de los revisores anónimos y los participantes en el ICLaVE11 —especialmente las de Chiara Licci, Martín Fuchs y Azler García— y en el coloquio de Iberorromanística de Zúrich, así como la ayuda de diversos colegas a mis preguntas (Johannes Kabatek, Francesco Gardani, Ilaria Parisi y Manel Pérez-Saldanya), que me han ayudado a mejorar este trabajo. Por supuesto, cualquier error que persista es solo mío. Estoy profundamente agradecida a Katerina Kirova por transcribir los datos orales y realizar las búsquedas en el CORPES XXI. Gracias también a Rubén Amón y a Fernando Díaz Madrigal por sus pacientes respuestas a las dudas que me han asaltado.


9

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10 Apéndice

[Contexto: la siguiente oración se dice en un artículo sobre las tertulias políticas en la televisión.]

Más un programa se acerca al prime time, más tiende a cruzarse la línea roja del infoespectáculo. (N = 26)

Cuanto más un programa se acerca al prime time, más tiende a cruzarse la línea roja del infoespectáculo. (N = 29)

Cuanto más se acerca un programa al prime time, más tiende a cruzarse la línea roja del infoespectáculo. (N = 32)

[Contexto: la siguiente oración se dice en un reportaje sobre una famosa diva.]

Más hombres amaba, menos tiempo tenía para admirarlos. (N = 26)

Cuantos más hombres amaba, menos tiempo tenía para admirarlos. (N = 29)

[Contexto: la siguiente oración se dice en un artículo sobre el comportamiento de otros partidos políticos ante Vox.]

Tanto se enfatiza la beligerancia ante Vox cuanto Vox recupera pulso político. (N = 26)

Tanto se enfatiza la beligerancia ante Vox, tanto Vox recupera pulso político. (N = 29)

Tanto pulso político recupera Vox cuanto se enfatiza la beligerancia ante Vox. (N = 33)

[Contexto: la siguiente oración se dice en una crónica sobre los equipos de fútbol madrileños en la temporada pasada.]

Cuanto peor le van las cosas al Madrid, mejor le van al Atlético. (N = 26)

Peor le van las cosas al Madrid, mejor le van al Atlético. (N = 29)

Published Online: 2024-08-09
Published in Print: 2024-08-07

© 2024 the author(s), published by Walter de Gruyter GmbH, Berlin/Boston

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Downloaded on 11.12.2025 from https://www.degruyterbrill.com/document/doi/10.1515/zrp-2024-0022/html?lang=en
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