Estamos a casi cien años de un texto de Walter Benjamin sobre el trabajo del fotógrafo y escultor alemán Karl Blossfeldt. Tras el advenimiento de la nueva objetividad —estética oscilante entre la introspección y la extrospección—, Blossfeldt persiguió y capturó con entusiasmo artístico y científico los detalles formales y gráficos de las plantas. La reseña de Benjamin, “Neues von Blumen” (1928; “Algo nuevo acerca de las flores”), acuñó el término Bildnotwendigkeiten (“necesidades de imagen”), que trascendería hacia los estudios sobre el mundo de las imágenes hipermodernas y las superficies digitales. En su momento, el texto de Benjamin se expresó ante el gesto modelador de las fotografías que Blossfeldt realizaba de plantas como el ajo, el acónito, la amapola, el helecho, el cardo marino. Blossfeldt las solía recoger en lugares proletarios, al margen de senderos y vías ferroviarias, aunque luego las etiquetaría con sus nombres en latín. El acercamiento de Blossfeldt a las plantas fue novedoso; surgió en el marco de los nuevos métodos didácticos basados en la fotografía. A la vez, se inscribió en la tradición de los herbarios.
Si bien las plantas de Blossfeldt fueron expuestas en una composición geométrica, hasta hoy se vislumbra en ellas una muy intensa vivacidad (¿de vida recogida en los márgenes de las instituciones y la urbe de la época, Berlín?). En la rigurosidad de sus contornos y su proyección ornamental, y pese a que tuvieron que prestarse como modelos estáticos (porque Blossfeldt las fijaba sobre soportes de vidrio o las colgaba), las plantas fotorreveladas hace cien años siguen siendo seres vegetales extremadamente vivos. Justamente, parecerían trasmitir las “necesidades de imagen” en el mundo vegetal, dar fe de la existencia de una imagen germinante.

“Sin título”. Foto de Laura Basílico y Paz Secundini
Se ha dicho que con el método de Blossfeldt se habría reinventado la naturaleza. Los primeros planos extremos, las vistas directas, expuestas en una luz rasante difusa, por ejemplo, fueron un fundamental aporte al mundo de la percepción y participaron de la revolución (de la naturaleza) fotográfica; la captura de la planta dio nacimiento a nuevas especies, las fitofotográficas: especies de magnífico aumento, crecientes según nuevas leyes temporales y espaciales.
Todo esto nos viene a la mente al contemplar las plantas reveladas por las fotógrafas argentinas Laura Basílico y Paz Secundini en el siglo xxi y en América Latina: asistimos al gesto de cómo estas artistas reaniman el método analógico de la fotografía, gracias a las posibilidades de reveladores no industriales, tanto en la imagen en blanco y negro como en imágenes de trazas cromáticas. Sobre ese hallazgo, conversamos con ellas.
¿Cómo surgió este hermoso proyecto de fotografía vegetal (en el sentido más completo de la palabra)? ¿Desde cuándo se dedican a la fotografía, y cuándo llegaron con ella a las plantas? ¿En qué medida dejaron la cámara oscura por las plantas? ¿Hay un juego entre la introspección y la extrospección en este método que ustedes aplican, o experimentan?
El proyecto de revelar con plantas surgió de un deseo de poder continuar la práctica de la fotografía analógica, pero reduciendo los residuos químicos de las soluciones industriales del mercado fotográfico. De ese modo y apelando a la fórmula antigua del revelado con café, comenzamos a reemplazar los elementos por diferentes plantas y fermentos que tenían el potencial de convertirse en nuestros agentes reveladores.
Hacemos fotografía analógica desde el año 2008 aproximadamente, pero lo cierto es que a medida que fueron mejorando las cámaras digitales, la práctica analógica tuvo algunos momentos de crisis, de escasez de insumos y su encarecimiento. Fue en el año 2019 cuando nos encontramos con la posibilidad de revelar con café y desde allí venimos probando diversas plantas con resultados diferentes.
La cámara oscura no fue abandonada nunca, ya que es el dispositivo a través del cual podemos realizar nuestras fotografías, pero lo que sí hemos cambiado es la forma de revelar el soporte fotosensible.
La primera situación de introspección fue durante la pandemia, momento en el cual estábamos realizando los experimentos y tuvimos que realizar las fórmulas con las plantas que teníamos en nuestros hogares, aromáticas y plantas que crecían en nuestros propios jardines. Ese fue el puntapié inicial, tener tiempo y plantas a disposición para poder armar un glosario de resultados, a través de métodos empíricos de prueba y error, cálculo de tiempos y temperaturas diferentes.

“Sin título”. Foto de Laura Basílico y Paz Secundini
¿Podrían hablar sobre las capacidades químicas de las plantas para con el proceso fotográfico? ¿Cuáles son las plantas que llevan al laboratorio para que estas sirvan de reveladoras, cuáles son las reveladas?
Aquellas plantas que tengan contenido de fenoles son las plantas elegidas como materia prima de nuestros químicos reveladores. En un comienzo fueron las que teníamos cerca y luego fuimos trasladando la experiencia a otros territorios, donde mediante pruebas logramos resultados aceptables de contraste y transparencia en las imágenes en negativo.
¿Cuáles son los utensilios clásicos que utilizan, cuáles descartan?
Descartamos aquellos elementos que sean tóxicos en la manipulación dentro del laboratorio como el fijador, por ejemplo. Además del reemplazo de los químicos tenemos muy presente la utilización consciente del agua, entendiendo que en nuestra práctica lo más importante es generar imágenes que no lleven consigo el costo de generar desechos difíciles de descartar y que la pulcritud en la imagen no tiene que ser a costa de muchos litros de agua. En este sentido, muchas veces utilizamos agua que no es potable.

“Sin título”. Foto de Laura Basílico y Paz Secundini
¿Nos dicen algo sobre cómo se relacionan ustedes dos con los entornos, y con cuáles entornos especialmente? ¿Cómo se acercan a las plantas? ¿Quiénes les enseñó a acercarse a ellas?
Creemos importante en primera instancia que es vital para el desarrollo de una obra el conocimiento de los materiales que nos circundan. Trabajar con materiales de los territorios que habitamos, conocerlos, perfeccionarlos. Incluimos dentro de nuestra práctica la recolección manual de ellos, creemos que esta cercanía con los elementos hace a la diferencia y la convierte en una práctica no solo consciente sino también situada, representativa de nosotras.
Ambas vivimos en una ciudad actualmente, pero nacimos en medios rurales, donde el conocimiento acerca de las plantas y los animales viene en una etapa muy temprana y a la vez muy orgánica con la propia vida cotidiana. En algún sentido podemos decir que somos conscientes de la compañía que nos brindan desde toda la vida. Ya en la ciudad habitamos los parques con nuestra práctica profesional y también personal en una suerte de apropiación y también como un acto de resistencia. En la ciudad, pero rodeadas de todo el verde posible.

“Sin título”. Foto de Laura Basílico y Paz Secundini
¿Qué papel desempeña el agua para la revelación vegetal de las plantas?
El agua es esencial para el proceso de confección del revelador y también en el lavado de los materiales. Al estar usando un material tan noble en la composición del insumo revelador, no necesitamos lavar con mucha cantidad de agua y además no necesitamos que esa agua sea potable.
¿Quieren “situar” alguna de las plantas que nos comparten, contar su historia de revelación?
En 2023 imprimimos Jacinto de agua común, un fotolibro con imágenes estenopeicas de nuestro Río Paraná. Nos pareció oportuno utilizar como reveladores de las mismas plantas que crecen a orillas de este río y que forman parte del paisaje. Así es como surgieron nuestros reveladores a base de corteza de ceibo y hojas de aguaribay, árboles que abundan en la región litoral.
¿Quieren compartir algo más sobre las experiencias fotosensibles, la luz, las estructuras lumínicas —pero también sobre la sombra y la oscuridad— en tiempos de cambio climático y megaextractivismo?
Creemos que las prácticas artísticas y creativas que se vinculen con el ambiente de una manera armónica y respetuosa son fundamentales en este momento particular. Intentamos que la fotografía química pueda ser una alternativa de estas características sin perder el motor de lo artesanal, de misterio y de magia que la trajo hasta nuestros días. En ese sentido, el tiempo de estar en el laboratorio también puede considerarse un acto de resistir a los embates de estos tiempos tan apresurados y donde las imágenes se consiguen de maneras tan fugaces y por todas partes.

“Sin título”. Foto de Laura Basílico y Paz Secundini
Es realmente gratificante el vínculo tan estrecho que hemos generado con las plantas como compañeras en nuestra tarea de revelar. Ellas son las que nos permiten pensar todavía la práctica de laboratorio como una práctica posible.
Las imágenes que compartimos en este dossier narran nuestros propios procesos de trabajo; la investigación y exploración del medio natural cotidiano con el que nos rodeamos y del que nos servimos para llevar a cabo el proceso fotográfico.
Este proyecto de fotografía analógica experimental está centrado en la naturaleza como tema y como insumo para el revelado. Las fotografías que aquí aparecen fueron realizadas a partir de película fotográfica de 35 mm revelada de manera experimental con menta, té negro y manzana. Las mismas formaron parte de la muestra Herbario doméstico (2022).

“Sin título”. Foto de Laura Basílico y Paz Secundini
Bibliografía
Basílico, María Laura y María Paz Secundini. Jacinto de agua común. Rosario: s. e., 2023.Suche in Google Scholar
Benjamin, Walter. “Neues von Blumen”. Die literarische Welt, año 4, no. 47, 23/11/1928, p. 7. https://www.textlog.de/benjamin/kritik/neues-blumen-urformen-kunst. Cons. 28/03/2025.Suche in Google Scholar
Blossfeldt, Karl. Urformen der Kunst. Photographische Pflanzenbilder. Introducción de Karl Nierendorf. Berlin: Ernst Wasmuth, 1928.Suche in Google Scholar
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