Resumen Con la Independencia se produce un derrumbamiento del registro simbólico que toca ante todo la posición del sujeto criollo. Mientras que bajo el régimen colonial el sujeto criollo se situaba frente a los peninsulares en una posición de semejanza e inferioridad, ahora, una vez roto el lazo político que unía América a España, tiene que constituirse en una americanidad todavía por establecer. La situación es un tanto paradójica, ya que el sujeto criollo toma el lugar de los peninsulares, pero sigue hablando su lengua y manteniendo sus jerarquías frente a los indígenas, los mestizos y los esclavos negros, lo que le impide identificarse con lo que sería lo americano. Al mismo tiempo no puede considerarse español. En este dilema la literatura juega un papel eminente, no sólo porque puede negociar las diferentes posiciones étnicas, sino, sobre todo, porque les permite a los escritores de la Independencia la identificación con las naciones progresistas (Inglaterra y Francia). Es una literatura que produce performativamente – en el sentido del “je suis écrit” de Barthes – el sujeto americano. En la novela discutida en este artículo – María de Jorge Isaacs – este doble enfoque se complica, ya que la posición del sujeto criollo queda a su vez marcada por un rasgo étnico problemático: el judaísmo de la familia del narrador-protagonista, que pone en peligro su identificación completa con la nación criolla. También la identificación con la literatura francesa es problemática, puesto que el libro preferido del narrador-protagonista – Génie du christianisme , de Chateaubriand – pone aún más de relieve el problema de identificación y asimilación. Por último, estála identificación con el saber anglosajón que debe alcanzar el protagonista durante sus estudios en Inglaterra: la ausencia del narradorprotagonista de su casa paterna y el distanciamiento de su amada prima María hace que esta última caiga enferma y muera y que la primera finalmente desaparezca. Desde este punto de vista Isaacs ofrece una aguda y lúcida crítica de una América imitadora de Europa. Al mismo tiempo nos presenta una forma de subjetividad americana: la historia de amor entre el narrador-protagonista y su prima de origen judío – la Ester que se convierte en María sin dejar de ser Ester – sólo puede existir en un tiempo del aún-no, en el tiempo de una teleología aplazada donde quede suspendido el conflicto latente entre el sujeto, la genealogía y la nación. Es justamente por eso que una novela sobre la asimilación de los judíos en América puede ser Nationalliteratur y proporcionarnos un modelo de subjetividad americana. La historia de Hispanoamérica se constituye a partir de un ‘exceso de mesianismo’ (M. Delgado) que tiene su origen en una esperanza de salvación frustrada. La ‘tierra prometida’ del Nuevo Mundo no cumple con su promesa, mientras que el Viejo Mundo, el mundo del dominador español, ya no es accesible. La palabra utilizada por Bolívar en este contexto es precisa: habla de “orfandad”, lo que reconduce a María , donde la orfandad de la heroína es la causa de su estructura de double-bind paradójico. Esta orfandad fundamental de la América independiente se corresponde con el tiempo mesiánico de la novela, el cual será, a su vez, el molde de una forma de subjetividad que oscila entre la frustración y el deseo.